martes, diciembre 27, 2016

LA «dDEVOLUCIÓN» DEL SÍMBOLO (5)

Quienquiera que seas tú que pones tu gloria más en el poder que en la humildad, recibe este consuelo, salta de gozo. El que fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato y fue sepultado, «al tercer día resucitó de entre los muertos». Quizá también aquí te entran dudas, quizá te estremeces. Cuando se te dijo: «Cree que nació, que padeció, que fue crucificado, que murió y que fue sepultado», al tratarse de un hombre, lo creíste más fácilmente. ¿Y dudas ahora, ¡oh hombre!, que se te dice: «Al tercer día resucitó de entre los muertos»? Pongamos un ejemplo entre tantos otros. Piensa en Dios, considera que es todopoderoso, y no dudes. Si pudo hacerte a ti de la nada cuando aún no existías, ¿por qué no iba a poder resucitar de entre los muertos a su hombre que ya había hecho? Creed, pues, hermanos; cuando se trata de la fe, no se precisan muchas palabras. Este dato de fe es lo único que distingue y separa a los cristianos de los demás hombres. Que murió y fue sepultado, hasta los paganos lo creen ahora y, a su tiempo, lo presenciaron los judíos; en cambio, que «al tercer día resucitó de entre los muertos» no lo admite ni el judío ni el pagano. Así, pues, la resurrección de los muertos distingue la vida que nos otorga la fe, de los muertos incrédulos. También el apóstol Pablo, escribiendo a Timoteo, dice: Acuérdate que Jesucristo resucitó de entre los muertos (2Tm 2,8). Creamos, pues, hermanos, y esperemos que se cumpla en nosotros lo que creemos que tuvo lugar en Cristo. Es Dios quien promete; él no engaña.

Después que resucitó de entre los muertos, «subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre». ¿Sigues, acaso, sin creer? Escucha al Apóstol: Quien bajó -dice- es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llevar a cumplimiento todas las cosas (Ef 4,10). Atento, no sea que experimentes como juez a aquel en cuya resurrección no quieres creer. Pues quien no cree ya está juzgado (Cf Jn 3,18). El que ahora «está sentado a la derecha del Padre» como nuestro abogado «de allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos». Creamos, pues, para que, ya vivamos, ya muramos, seamos del Señor (Cf Rm 14,8).
S 215, 6-7

0 comentarios:

Related Posts with Thumbnails

Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP