"No matarás al nuño en el seno materno"

“No matarás al niño en el seno materno” enseña la Didajé, valioso escrito del año 70 de nuestra era

en el cual se recoge la doctrina de los Apóstoles. La aprobación de la Guía técnica nacional del aborto terapéutico, hecha por el Ministerio de salud la semana pasada, ha recibido una clara e inmediata respuesta de la Iglesia a través de dos cartas abiertas al Presidente de la República: la primera emitida por Mons. José Antonio Eguren Anselmi MVC, Arzobispo Metropolitano de Piura y Presidente de la Comisión de familia y Vida de la CEP y la segunda emitida por Mons. Miguel Cabrejos Vidarte OFM, Arzobispo Metropolitano de Trujillo. Del mismo modo, recogiendo el sentimiento de todos los obispos del Perú, la CEP emitió un comunicado explicando la posición de la Iglesia a favor del derecho a la vida que tiene todo niño por nacer.

 

Son varios los argumentos con los que los Señores Obispos explican lo innecesario del llamado protocolo del aborto terapéutico. Primero porque se opone a la Constitución. “El artículo 1 de la Constitución política del Perú declara: “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. En el art. 2º la misma Carta Magna reconoce que toda persona tiene derecho a la vida y que “el concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”. En segundo lugar porque el desarrollo de las ciencias permiten salvar las dos vidas, la de la madre y la del niño: “los especialistas en la materia muestran que en casos excepcionales, donde la vida de la madre y la del hijo corren riesgo, existen hoy múltiples recursos disponibles, gracias a la tecnología médica, que pueden salvar ambas vidas”.

 

Lo cierto es que “la llamada Guía del aborto terapéutico ha abierto una grave herida en la dignidad de la persona humana, considerada a partir de esta norma como algo descartable” y por eso los Obispos del Perú piden al Presidente de la República, derogar esta norma e invocan a todos los peruanos a recordar que solo Dios es el dueño de la vida y que a nosotros nos corresponde cuidarla.

 

P. Guillermo Inca Pereda OSJ

Secretario Adjunto