VI Domingo de Pascua
Jn 14, 15-21
Presente y futuro

verme; pero vosotros me veréis, porque yo vivo y vosotros viviréi s(Jn 14,19).
¿Qué quiere decir yo vivo y vosotros viviréis? ¿Por qué de El lo dice en presente y de ellos en futuro, sino porque El ya tenía la vida de la carne resucitada, en la que ellos le habían de seguir según su promesa? Y como estaba tan próxima su resurrección, puso el verbo en presente para indicar lo cercana que la tenía; pero, como la de ellos no tendría lugar hasta el fin del mundo, no dijo vivís, sino viviréis. De una manera breve y elegante, con el verbo en dos tiempos, presente y futuro, hizo la promesa de las dos resurrecciones: la suya, que había de realizarse en breve, y la nuestra, que ha de venir al fin del mundo.
Porque yo vivo, dice, también vosotros viviréis; porque El vive, viviremos también nosotros. Pues por un hombre entró la muerte y por un hombre entrará la resurrección de los muertos; y así como en Adán mueren todos, así en Cristo volverán todos a la vida. Porque nadie muere sino por Adán y nadie vive sino por Cristo. Por haber vivido nosotros, somos muertos; por vivir El, viviremos. Estamos muertos para El cuando vivimos para nosotros; pero, por haber muerto El por nosotros, vive para El y para nosotros. Y, por vivir El, viviremos nosotros también. Nosotros pudimos darnos la muerte, pero no podemos darnos del mismo modo la vida.
En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, que vosotros estáis en mí y que yo estoy en vosotros (Jn 14,20). ¿Qué día es éste sino aquel en el que dice que "vosotros viviréis"?

El que recibe mis mandatos y los guarda, éste es el que me ama (Jn 14,21). El que los conserva en su memoria y los guarda en su vida; el que los conserva en sus conversaciones y los refleja en sus costumbres; el que los conserva en sus oídos y los guarda en sus obras; el que los guarda en sus obras y los conserva con perseverancia, éste es el que verdaderamente me ama. El amor debe manifestarse en las obras para que no sea una palabra infructuosa. Y añade que el que me ama, será amado por mi Padre, y yo también le amaré y me manifestaré a él. ¿Dice acaso que lo amará porque ahora no le ame? No. ¿Cómo nos ha de amar el Padre sin el Hijo o el Hijo sin el Padre? ¿Han de ser independientes en el amor, siendo inseparables en sus operaciones? Pero dijo: Yo le amaré, para concluir: Y me manifestaré a él. Le amaré y manifestaré, es decir, le amaré para manifestarme. Ahora nos ama para que creamos y guardemos el precepto de la fe; entonces nos amará para que le veamos y recibamos esta visión como premio de la fe. También nosotros amamos ahora creyendo lo que entonces veremos, y entonces amaremos viendo lo que ahora creemos.
Comentario sobre el Evangelio de San Juan 75, 2-5.
0 comentarios:
Publicar un comentario