viernes, abril 18, 2014

LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ

Cuarta Palabra


DIOS MÍO, DIOS MÍO
¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
(Mc 15, 34)

....No sirven los cánones humanos para medir a Dios. Pero en ocasiones, pueden tener validez analógica para derivar algunas conclusiones.

Tampoco es ningún descubrimiento sensacional lo que dicen los psicólogos: que en los últimos años o en los  supremos momentos de nuestra vida volvemos a lo aprendido en la infancia. Nos lo atestigua la experiencia.

De ahí la decisiva importancia y responsabilidad que tienen, sobre todo las madres, de enseñar a sus hijos los ejemplos y sentimientos cristianos, pues se puede esperar que actuarán así, al menos, en los trances supremos de la vida.

Ved aquí a Jesús, sumido en el abandono, volviendo a rezar. Como lo aprendió de niño y ejercitó en la sinagoga: en su lengua de niño; con los sentimientos de niño, con la carga representativa y emocional de niño, aunque con la densidad del hombre maduro...

El Evangelio es mucho más que una filosofía, y nos descubre el valor absoluto de la persona, referida salvadoramente a Dios que es "de quien recibe su plenitud"(Jn 1, 16)...

Jesús soporta el escándalo del fracaso. Y el colmo de los escándalos. Siente, incluso, la desolación del misterioso silencio de Dios. Por eso clama desde el dolor físico y más aún, desde el terrible desamparo espiritual: "Eloí, eloí, lamá sabajtani": "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandobnado?". Son las palabras del salmo 22 que Él recitaría tantas veces. Cuando se ha aprendido a rezar, hasta la angustia más trágica se expresa en términos de oración.

Es la queja natural de la parte humana que no entiende los porqués del espíritu. Pero es oración que se hace en la esperanza de la amorosa sabiduría del Padre...

Cuando experimentamos la sensación de abandono, cuando ruge la tempestad en el lago, cuando nos clava el silencio de Dios o la impotencia de no saber defendernos, será la fe, la fe firme, nuestra Cuarta Palabra de salvación....

Pero no, Señor. No nos dejes romper tu silencio con nuestra lógica... No nos dejes la justicia de nuestra mano... No nos permitas entrar en la rueda de quienes se desentienden de tus planes... No nos dejes caer en la tentación de las fáciles soluciones de aquí...

A los porqués de nuestra existencia responde el silencio desnudo de la Cruz. Restaña las hemorragias de nuestra fe. Restaura nuestra fortaleza ante el ejemplo de tu entrega.

El enigma de los clavos que nos desgarran lo descifra la clave de la Fe.

Tomado del libro  Las Últimas Palabras.
P. Donato Jiménez Sanz




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Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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