jueves, agosto 26, 2010

2do Día del Triduo en honor a san Agustín



SAN AGUSTÍN, ESCRITOR A LA ANTIGUA

Hablamos de medios escritos dedicados a la evangelización, y sentimos la curiosidad de mirar atrás. Se nos ocurre preguntarle a San Agustín cómo era este mundo de la noticia y la edición en su tiempo. Él nos lo puede decir mejor que nadie. Pocos hombres en la historia han hablado y escrito tanto. Todo, con la única intención de anunciar a Jesucristo.

En la antigüedad no existían los medios modernos de comunicación, como tampoco los materiales de ahora. El papel que nosotros utilizamos no se conocía: en su lugar tenían el papiro, un junco de Egipto. Se elaboraba rasgando el tallo y colocando varios juntos para formar una lámina; se sobreponían varias, unas en dirección vertical y otras en horizontal, y después se prensaba y se secaba. Con este material se hacían los famosos rollos.

Pero en el siglo IV se empezó a utilizar de forma masiva el pergamino, hecho de piel de animal estirada. Con las hojas de este se fabricaba el codex, el antecesor del libro. Y durante toda la antigüedad fueron muy utilizadas las tablillas. Era un díptico de madera o de marfil, recubierto de cera en la que se grababa la escritura. Las tablillas se utilizaban para escribir las cartas más íntimas, y siempre se devolvían al remitente para ser utilizadas de nuevo.

San Agustín hace mención de estos materiales. Escribiendo a su amigo Romaniano se excusa por utilizar el material menos indicado para una carta, el pergamino, al no tener a mano papiro ni tablillas: Esta carta ¿no prueba más que mi falta de papiro, ni abundancia de pergamino? Las tablillas de marfil que tengo las envié a tu tío con una carta… Así pues, te ruego que me envíes mis tablillas si las tienes ahí…

A la hora de escribir se solía contratar a profesionales, amanuenses que cobraban por líneas escritas. San Agustín prescindió generalmente de ellos, porque empleaba a algunos monjes suyos en este oficio, con lo cual el trabajo le resultaba más cómodo. Y para enviar las cartas, también los utilizaba, ya que no existía un servicio público de correos; había que mandar a alguien en persona que llevase la misiva o aprovechar el viaje de quien fuese al lugar de destino.

Y las obras mayores, los libros, eran editadas en talleres de calígrafos especializados en hacer copias. En la carta de san Agustín que hemos recordado, pide perdón por su letra y le dice a Romaniano: Tendrás que tolerar una caligrafía que no viene del taller de Mayorino.

Así funcionaban las cosas entonces. Imaginemos el trabajo que le costaría a San Agustín escribir sus más de 100 libros y varios miles de cartas y sermones.

(Tomado del Boletín Canta y Camina No 40- enero-marzo 1995)
Manuel Machado escribe:

Amigo es la palabra. Pero cuida:
que "amigo" dice infinidad de amores
depurados en uno: flor de flores...
y el regalo más dulce de la vida.
Santo, mas luego de no serlo tanto...
para serlo mejor, y del profundo
alzar al cielo un corazón, del mundo
henchido ya por el desprecio santo.
Santos hay abogados, protectores...
Mandan, definen, dogmatizan otros.
Muestran el premio, anuncian el castigo...

Remedio sin igual de pecadores,
san Agustín conversa con nosotros.
Es el amigo santo, el santo amigo.



0 comentarios:

Related Posts with Thumbnails

Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP