SALUDO PADRE ISMAEL OJEDA, OAR.
Que el Señor siga estando grande con ustedes fortaleciendo su fe y testimonio. Les cuento algo que les gustará y las animará a ir adelante. Resulta que anoche, ya de víspera del 27, estuve dando una charla a las Madres Mónicas de la parroquia La Consolación de Madrid. Su párroco, el P. Miguel Ángel Ciáurriz, de la provincia La Candelaria, me invitó hace tiempo y anoche cumplí el compromiso.
El P. Miguel Ángel me presentó a un grupo de madres "mónicas" que habían formado cinco coros hace tiempo, pero que deseaban conocer más de la Asociación y de la espiritualidad de las Madres Cristianas. Con gusto les hablé casi una hora, y después pudieron hacer algunas preguntas. Se mostraron deseosas de profundizar en su compromiso y se alegraron mucho. Este encuentro acabó en la celebración de la misa, votiva de santa Mónica, que un servidor presidió. Rezamos la oración de las madres, y todo resultó muy positivo y edificante. Algunas se mostraron muy agradecidas al despedirse.
Aquí en la parroquia hemos celebrado hoy la misa al mediodía. Han acudido unas 30 madres, muy interesadas y contentas, como todos los 27. Por la inclemencia del tiempo, algunas se han disculpado por no poder asistir, como era su deseo. En la misa he anunciado la formación de la primera Comunidad de Madres Mónicas, constituida por los primeros siete coros de la parroquia. Hay más madres en lista de espera porque desean ingresar a la Asociación y conformar nuevos coros. Eso será el próximo 27, Dios mediante.
El séptimo coro de esta Comunidad tiene la particularidad de consignar, en la planilla de las integrantes, los nombres de los esposos y de los hijos, sin apellidos, por privacidad. Me parece muy bien, pues así la oración es más "realista o encarnada" y más sentida ante Dios, pues para él no somos números sino personas únicas, originales e irrepetibles. Algo así como lo es cada hijo para ustedes, las madres.
Quizás esta originalidad pueda ser imitada en otras partes. Además, he notado que casi todas las madres de este coro han sido bendecidas con familias numerosas. Entre las siete madres suman 28 hijos en total. ¿Habrá alguna relación entre la generosidad de los padres y su capacidad para confiarle a Dios la vida y la felicidad de sus hijos? A ver qué les parece... Una sugerencia bíblica: Al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia; al que invierta, al que rinda y arriesgue...
Bien, queridas madres mónicas de Perú, no me alargo más. Pero antes les quiero asegurar la comunión espiritual que he vivido con ambos grupos de mónicas en las dos eucaristías que les he celebrado, una anoche, y otra este mediodía. Esa comunión espiritual debe crecer más y más en el proceso sinodal. Mucho ánimo, y que no falte la alegría. El gozo en el Señor será su fortaleza.
Les deseo lo mejor en este Adviento y una celebración jubilosa de la próxima Navidad. Por intercesión de Santa Mónica, bendiciones abundantes, queridas madres mónicas de Perú. Un abrazo en el Amor del Señor.
P. Ismael Ojeda Lozano, OAR
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