sábado, noviembre 16, 2019

MOVILIZACIÓN GENERAL A FAVORDE LA VIDA

       La vida no existe en el aire. La vida es algo que pertenece a cada viviente. Trabajar por la vida, entonces, es ayudar a cada hombre, a cada mujer, que de algún modo ven amenazadas su salud o su misma existencia.

        Las amenazas contra la vida son numerosas. Violencia e injusticias provocan cada año millones de muertes. Enfermedades y accidentes de trabajo o de otro tipo provocan en miles de personas días o meses de sufrimiento e incluso la muerte. El aborto cercena cada día la existencia de miles de víctimas anónimas en una estadística interminable (y nunca del todo conocida).

        Frente a tantos peligros, el “pueblo de la vida”, como lo llamara el beato Juan Pablo II, se compromete seriamente para una movilización general a favor del débil, del anciano, del enfermo, del hambriento, del hijo antes de nacer.

        Es cierto que nuestras acciones pueden parecer insignificantes. Sin embargo, frente a los millones de dólares o de euros que disponen las industrias de la muerte (clínicas abortistas, fábricas de armas, empresas orientadas a la explotación de los pobres), es posible dar pequeños pasos, construir diques contra el mal, tender la mano a personas concretas que recibirán no sólo una ayuda sino, sobre todo, cariño y justicia.

        La invitación a una movilización general a favor de la vida, lanzada por Juan Pablo II en su encíclica “Evangelium vitae”, vale hoy como vale siempre. En todas las épocas ha habido peligros y amenazas. Pero quizá hoy, frente al poder de armas cada vez más sofisticadas, frente a la perversión de cientos de médicos que sirven a la muerte en vez de ayudar a la vida, hace falta unir fuerzas.

        Entonces será posible que hombres y mujeres de buena voluntad, creyentes de distintas religiones o incluso buscadores que no han encontrado todavía a Dios, pondrán un dique a las fuerzas del mal. Con su compromiso, humilde pero decidido, ayudarán a quienes, pequeños, débiles o enfermos, esperan encontrar manos amigas con las que poder sobrevivir en un mundo en el que nadie sobra y en el que todos podemos colaborar en la búsqueda del bien, de la verdad y de la justicia.

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Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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