lunes, junio 11, 2018

Eucaristía, una puerta “entre la ciudad de Dios y la ciudad del hombre”

 Entre el templo y el camino, entre la fe y la historia.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

oy en muchos países, como Italia, celebramos la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, o, según la expresión latina, del Corpus Domini. El Evangelio nos recuerda las palabras de Jesús, pronunciadas en la Última Cena con sus discípulos: “Tomad, este es mi cuerpo …Esta es mi sangre, la sangre de la Alianza, derramada por la multitud”. (Mc 14,22-24). En virtud de este testamento de amor, la comunidad cristiana se reúne todos los domingos, y todos los días, alrededor de la Eucaristía, sacramento del Sacrificio redentor de Cristo. Y atraídos por su presencia real, los cristianos le adoran y le contemplan a través del humilde signo del pan convertido en su Cuerpo.

 Cada vez que celebramos la Eucaristía, a través de este Sacramento a la vez sobrio y solemne, hacemos la experiencia de la Nueva Alianza, que realiza en plenitud la comunión entre Dios y nosotros. Y en cuanto que participantes de esta Alianza, incluso pequeños y pobres, colaboramos a la edificación de la historia según el proyecto de Dios? Por eso , toda celebración eucarística, en tanto que constituye un acto de culto público a Dios, envía a la vida y a los acontecimientos concretos de nuestra existencia Alimentando nos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, somos asimilados a Él, recibimos en nosotros su amor, no para guardarlo celosamente, sino para compartirlo con los otros. Es la lógica eucarística. En ella contemplamos a Jesús, pan partido y dado, sangre derramada para nuestra salvación. Es una presencia que, como un fuego, quema, en nosotros las actitudes egoístas, que nos purifica de la tendencia a dar solamente cuando hemos recibido, y que enciende el deseo de hacernos nosotros también, en unión con Jesús, pan partido y sangre derramada para los hermanos.

Por eso la fiesta del Corpus Domini es un misterio de atracción a Cristo y de transformación en Él. Y es esta escuela de amor concreto, paciente y sacrificado, como Jesús en la cruz. Nos enseña a ser más acogedores y disponibles hacía a aquellos que están en busca de comprensión, de ayuda, de ánimo y que están marginados y solos. La presencia de Jesús vivo en la Eucaristía es como una puerta, una puerta abierta entre el templo y el camino, entre la fe y la historia, entre la ciudad de Dios y la ciudad del hombre.

Las procesiones del Santísimo Sacramento, que hoy se desarrolla en diferentes países y ciudades, son expresiones de la piedad eucarística popular.

Yo también esta tarde, Ostia-como lo hizo el bienaventurado Pablo VI hace 50 años- celebraré la Misa, que será seguida por la procesión con el Santísimo Sacramento. Invito a todo el mundo a participar, incluso espiritualmente, por radio y televisión.
 Que la Virgen María nos acompañe en este día.
Ciudad del Vaticano, junio 03, 2018.
      fluvium.org 

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Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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