miércoles, agosto 02, 2017

Haced lo que dicen, pero no hagáis lo que hacen, pues dicen y no hacen

La lectura evangélica nos propone investigar y explicar a vuestra caridad, en cuanto nos ilumine el Señor, quién es el escriba erudito en el reino de Dios, semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y añejas. Así terminaba la lectura misma: con las cosas nuevas y añejas del escriba erudito. Sabido es a quiénes llamaban escribas los antiguos, según la costumbre de nuestras Escrituras; a saber, a los que profesaban la ciencia de la Ley; a ellos tocaba guardar, estudiar, escribir o entender los libros de la Ley.

Nuestro Señor Jesucristo los reprendió, porque guardan las llaves del reino de los cielos y no entran ni permiten entrar a los demás; así reprendió a los fariseos y escribas, doctores de la Ley de los judíos. De ellos dijo en otro lugar: Haced lo que dicen, pero no hagáis lo que hacen, pues dicen y no hacen. ¿Por qué se os dice Dicen y no hacen, sino porque hay algunos en los que aparece lo que dice el Apóstol: Tú que predicas que no hay que robar, robas; tú que dices que no hay que cometer adulterio, lo cometes; tú que aborreces los ídolos, cometes sacrilegio; te glorias en la Ley y deshonras' a Dios por la prevaricación de la Ley. Pues por culpa vuestra es blasfemado el nombre de Dios entre los gentiles? Sin duda es claro que a ellos se refiere el Señor al afirmar Dicen y no hacen. Son escribas, pero no eruditos en el reino de Dios.

Quizá diga alguno de vosotros: ¿Cómo puede un mal hombre decir cosas buenas, pues dice el mismo Señor, según está escrito: El buen hombre del tesoro de su corazón saca cosas buenas, y el malo saca del tesoro de su corazón cosas malas? Hipócritas, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? Por eso dice: ¿Cómo podéis hablar bien, siendo malos? Por eso dice: Haced lo que dicen, no hagáis lo que hacen, pues dicen y no hacen. Si dicen y no hacen, son malos. Y si son malos, no pueden hablar bien; ¿cómo haremos lo que les oímos decir, pues no podremos oírles decir cosas buenas? Vea vuestra santidad cómo se resuelve ese problema. Lo que el hombre malo saca de sí mismo, es malo; lo que el hombre malo saca de su corazón, es malo, pues el tesoro es malo. Lo que el hombre bueno saca de su corazón es bueno, pues el tesoro es bueno. ¿Pues de dónde sacaban aquellos malos las cosas buenas? Porque se sentaban en la cátedra de Moisés. Si no hubiese dicho antes que se sientan en la cátedra de Moisés, nunca hubiese ordenado escuchar a los malos. Una cosa es la que sacaban del arca mala de su corazón, y otra la que sacaban de la cátedra de Moisés, como pregoneros del juez. …Dame la voz de los escribas extraída del corazón de ellos; oirás comamos y bebamos, que mañana moriremos. Dame la de la cátedra de Moisés, oirás no matarás, no adulterarás, no robarás, no levantarás falso testimonio; honra al padre y a la madre; o bien amarás a tu prójimo como a ti mismo. Tú haz lo que se toma de la cátedra por boca de los escribas, y no lo que sale del corazón de los mismos. Así complementarás ambas sentencias del Señor y no serás obediente en una y reo en otra; ya entiendes que ambas concuerdan, y ves que es verdad, que el buen hombre de la buena arca de su corazón saca cosas buenas, y el malo saca del arca mala malas cosas, pero también, que aquellos escribas no hablan cosas buenas del tesoro de su corazón, pero pueden hablarlas del tesoro de la cátedra de Moisés.
 Sermón 74, 1-3

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La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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