El dedo de Dios es el Espíritu Santo Lc 11, 14-23
¿Qué es el dedo de Dios? Busquemos en el evangelio y lo encontraremos. ¿Qué significa la expresión “el dedo de Dios”? En efecto, Dios no tiene la forma corporal que poseemos nosotros, o ve por una parte sí y por otra no, o está delimitado en la forma de los miembros, él que está todo en todas partes y presente en todos. ¿Qué es, pues, ese dedo de Dios? El Espíritu Santo. Prestad atención. ¿Cómo lo probamos? Por el evangelio. A veces sucede que un evangelista dice claramente lo que el otro ha dicho de forma figurada. Hay un lugar en los evangelios en que los judíos dijeron al Señor, que expulsaba los demonios en nombre de Belcebub. En respuesta, el Señor les dijo: Si yo expulso los demonios en el dedo de Dios, con toda certeza ha llegado a vosotros el reino de Dios (Lc 11, 20).
Otro evangelista relata lo mismo, diciendo: Si yo los arrojo en el Espíritu Santo, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios (Mt 12, 28). Un evangelista habla del dedo de Dios, pero otro nos expone lo mismo, mostrándonos que el dedo de Dios es el Espíritu Santo. No busquemos en Dios dedos de carne, antes bien comprendamos por qué se llama así al Espíritu Santo. Porque por medio del Espíritu Santo recibieron los apóstoles la diversidad de los dones. En efecto, en los dedos se manifiesta la división de la mano y con ellos se cuenta y se distribuye. ¿Por qué, pues, celebran los judíos Pentecostés? ¡Gran misterio, hermanos, y digno de toda consideración! Si os dais cuenta, a los cincuenta días recibieron la ley escrita con el dedo de Dios, y a los cincuenta vino el Espíritu Santo”.
Sermón 272 B,4
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