jueves, enero 27, 2011

Saludo del P. Ismael Ojeda

Queridas Madres Mónicas: Con mucho gusto les envío este primer saludo del año, 27 de enero de 2011. Reciban con él todas las bendiciones divinas sobre sus personas y sus hogares. Dios se siga glorificando en sus vidas como esposas y como madres. Se lo repito: No las merecemos, pero las seguimos necesitando como un regalo maravilloso de Dios para nuestras familias y nuestra Iglesia. No aflojen su coraje para mantenerse fieles a su noble vocación.

Me alegra pensar que la fiesta de la Navidad y el comienzo de año hayan sido una magnífica oportunidad para expresar y sentir la fe cristiana. Empezamos el nuevo año con ilusión y con el entusiasmo y esperanza que nos regala el Santo Espíritu de Cristo el Señor, nuestro salvador. Les deseo un año lleno de santidad y de experiencias gratificantes. Cuenten con mi aprecio, oraciones y cuanto les parezca conveniente.


Por mi parte les comparto algo que seguramente casi todas ya saben: El Señor me ha encomendado, de manera sorpresiva, la animación de los religiosos de la comunidad provincial presente en España, Venezuela y Perú. El que ejercía de prior provincial, P. José Ramón, fue trasladado a Roma para prestar servicios de gobierno a favor de la Orden Agustinos Recoletos.


Desde ese momento, a un servidor le tocó asumir la responsabilidad de gobierno en la provincia San José. Con cierto temor y a la vez mucha confianza en el Señor y en los hermanos he asumido ese servicio de gobierno y animación. Les agradezco sus oraciones y estímulo que he recibido de muchas madres mónicas.


Hasta ahora me ha tocado preocuparme de lo más inmediato y urgente, como la preparación del próximo capítulo provincial que tendrá lugar en el próximo mes de julio en San Millán de la Cogolla. Seis meses antes nuestras leyes ordenan enviar un informe completo sobre el estado de la provincia y convocar elecciones de delegados al capítulo y de candidatos a prior provincial. Hemos celebrado la asamblea anual de los religiosos de España en Salamanca el pasado diciembre.


El nuevo año lo he comenzado visitando las comunidades de la vicaría de Venezuela adonde me desplacé el día 2 del presente para participar en el encuentro de religiosos jóvenes de la Provincia, celebrado en Palmira. El día 8 nos unimos a Fray Wílmer Moyetones y a su familia de Yaritahua en su profesión solemne celebrada en Barquisimeto. Una fiesta linda. Hasta el día 16 permanecí en Venezuela visitando a todos los hermanos y conociendo las fortalezas y necesidades de la vicaría.


De regreso a España, he participado con otros religiosos en el Aula Agustiniana que reúne en Madrid a representantes de 51 colegios agustinianos de España; en la ordenación de diácono de Fray Wílmer junto con otros cuatro jóvenes agustinos recoletos celebrada el día 22 en la parroquia Santa Rita de Madrid.


Y en estos momentos les escribo desde San Millán de la Cogolla adonde nos hemos desplazado una treintena de religiosos de diversas provincias para asistir a la inauguración de las obras realizadas en el templo parroquial del Monasterio de Yuso. Seguro que muchas de ustedes han estado al tanto de estos acontecimiento por los diversos de comunicación a los que tienen acceso, sobre todo a través de las páginas web de la Orden y de las provincias y de los blogs dirigidos por nuestros religiosos.


Les manifiesto todo esto, con mucha alegría, para que se sientan en comunión con la familia agustino-recoleta, y también, de alguna manera corresponsables con un servidor en esta misión de animación de la comunidad provincial San José. Sé que ustedes, como madres mónicas, ejercen una oración ininterrumpida de intercesión, no sólo a favor de sus esposos y de los hijos, sino también en beneficio de toda la Iglesia. En muchos lugares, las madres mónicas hacen cadenas de oración por diversas necesidades personales, familiares y hasta eclesiales. Permítanme un hueco en sus intenciones para poder llevar a cabo la misión encomendada, tal y como el Señor lo quiere.


Estimadas hermanas, necesitamos estar y sentirnos unidos todos en la edificación de una Iglesia renovada y de una familia más cristiana, porque Cristo vive y quiere reinar en un mundo nuevo que deseamos construir, que estamos ya edificando. La comunidad provincial San José y toda la Orden se sienten llamadas por el Señor a una renovación personal e institucional a fin de responder a los retos de la nueva Evangelización. Contamos con su ayuda.


Muchas gracias, queridas madres mónicas, por la atención que les merezca la presente. Estoy seguro de que sabrán responder generosamente a este llamado de oración y de comunión, como lo han hecho hasta el presente. Que el Señor siga estando grande con ustedes. Con estima personal. Hasta el próximo febrero. Que este mes sea lleno de gracia y bendición de parte del Señor a través de la intercesión de santa Mónica, madre de san Agustín. Amén.

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Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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