Conversión de san Agustín: Respirando otro aire

24-04-2009 • Hoy celebramos…

Agustín se convierte después de haber buscado sin descanso una respuesta convincente al sentido de su vida. Encuentra por fin en el Evangelio lo que tanto había buscado. Su sí a Dios le permite disfrutar de la vida con una felicidad plena.
Seguro que todos alguna vez hemos sentido la necesidad de respirar hondo, de llenar nuestros pulmones de aire fresco, quizá para hacer una pausa en medio del ajetreo o para pensar y reflexionar sobre algo que no nos deja tranquilos. Sin embargo, respirar otro aire puede ser también un propósito firme, una opción decidida por darle otro rumbo a la vida, por dejar a un lado algunas cosas que contaminan o no nos aportan nada en nuestra tarea ineludible de dar sentido a nuestra existencia. Hoy celebramos la fiesta de la Conversión de san Agustin, el día en el que el santo de Hipona decide llenar sus pulmones con el aire del evangelio. Convertirse no es marcharse del mundo. Hacerse cristiano no es sinónimo de hacer voto de tristeza, de cara larga y pompa fúnebre. Agustín decide llenarse de Dios por los cuatro costados y alcanzar la felicidad que tanto había buscado. El Amor, que le había encontrado primero, recibe un sí apasionado y vibrante. En sus Confesiones él mismo lo reconoce: ¡Tarde te amé,
Hermosura tan antigua y tan nueva;
tarde te amé!
El caso es que Tú estabas dentro de mí, y yo fuera
y por fuera te buscaba.
Y, deforme como era,
me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo.
Lejos de ti me retenían aquellas cosas
que, de no estar en ti, nada serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera.
Brillaste y destellaste, y ahuyentaste mi ceguera;
Exhalaste tu perfume y respiré,
y suspiro por ti;
Gusté de ti, y siento hambre y sed;
Me tocaste y me abraso en tu paz. Si estás harto de vivir enfrascado en la rutina, de dar vueltas a la vida. No tengas miedo de respirar otro aire, el aire del Evangelio. Agustín nos labró un camino por el que poder sentir el mundo de otra manera.

(Tomado de www.agustinosrecoletos.org)