SALUDO PADRE ISMAEL OJEDA LOZANO, OAR.

Queridas Madres Cristianas Santa Mónica de Perú:

Al recibir estas letras deseo que se encuentren muy bien con la gracia de Dios y el amor de su familia. Pero a la vez, seguramente estarán preocupadas por los problemas de la vida y la incertidumbre de la pandemia que se puede convertir en drama, en dolor y muerte incluso, cosa que Dios no quiera. Parece que le cuesta ceder al virus en Perú. Ánimo, hermanas. No están solas. No las olvidamos, y menos Dios nuestro Padre, el único compasivo.

Hermanas, nuestra Iglesia nos hace despertar de esta pesadilla de la pandemia y sacar lo más valioso de la fe: La certeza de que Dios todo lo dispone para nuestro bien. Pues nada está perdido. Todo permanece en Dios. Si tenemos a Dios como Amigo y Señor de nuestras vidas, ¿qué nos falta? Y si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? ¿Quién nos podrá arrebatar la paz y la certeza de la vida presente y de la futura en Cristo nuestro Salvador? Nuestro tesoro y salvación es conocer y sentir el amor de Dios que no pasa ni muere; que nada ni nadie puede arrebatarnos.

Así que, Hermanas, mucha fe, mucha fortaleza y alegría en Dios. Si nosotros, ustedes como esposas y madres quieren lo mejor para su familia, ¿cuánto más no lo querrá Dios? Su familia es sobre todo amada por Dios y es sobre todo propiedad suya, a él pertenemos, él nos ha creado, redimido y santificado. Gloria, pues, al Padre, al Hijo y al Espíritu, pues en Dios Trinidad creemos, y en su vida íntima nos sentimos injertados para siempre. Somos de la familia de Dios. Esa dignidad nadie nos la podrá arrebatar. Es nuestra valía suprema. Amén.

Bien, Hermanas, ánimo y adelante con todo. Y pensemos en tantas Madres, en Perú y en tantas partes, que están todavía amenazadas por el coronavirus, o sufriendo su contagio, o soportando la muerte de seres queridos... En América tanto del norte como del sur todavía la pandemia está causando estragos, y nos duele. Por eso rezamos e imploramos piedad al Todo Compasivo. El otro día publiqué en el blog un artículo al respecto, y hoy, también sobre Venezuela. Que la Virgen María en este mes de mayo cubra con su manto a Iberoamérica y a todo el mundo. Las madres mónicas de España, donde ya estamos viendo la luz al final del túnel, las tienen presentes en sus oraciones.

Un abrazo con estima personal, en intercambio de oraciones, y dispuestos a ir adelante, con la intercesión de santa Mónica y el Poder del Espíritu de Dios. Acabo de celebrar la misa y estamos todos presentes en la Oblación que Cristo ofrece al Padre en el Espíritu para la salvación del mundo. Ánimo, Madres Mónicas del Perú, sigamos clamando a Dios, y bendiciones. Con afecto,

P. Ismael Ojeda Lozano, OAR