Canta y Camina DOMINGO XIX (T.O.)

          Gustad y ved qué bueno es el Señor

    ¡Cuánta paz y alegría puede darnos el Señor desde su mensaje! Se abre un espacio maravilloso para que nuestras almas concurran a Él y así podamos manifiestar la obra de Dios en nuestro interior. Estamos llamados a participar en el plan de Dios: Os lo aseguro; el que cree tiene vida eterna. La liturgia de hoy nos indica la manera más sencilla y, a la vez, continua: una   presentación que parte de Dios: no olvida su alianza, aumenta en nosotros el espíritu filial, nos sacia con flor de harina, nos salva y nos alianza en la luz de la verdad; nos anima en el camino y nos alimenta, siempre nos perdona y nos hace a todos discípulos de Dios.

    Desde el anuncio de esta página no cabe otra referencia sino la de Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivir en el amor como Cristo os amó  y se entregó por nosotros a Dios. Esto nos lleva a pensar, y a creer, que podríamos, como hijos de Dios, plantearnos el sentido de la vida cristiana: nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.

    ¡Cuántos hay que no buscan a Jesús más que por los beneficios temporales! Apenas se busca a Jesús por Jesús: Me buscáis, no por los signos que habéis presenciado, sino porque habéis comido del pan que os dí. .¡Cuánto necesitamos pensar y orar para el gran misterio de la vida tenga en nosotros el sentido de la común-unión con Cristo. Sólo el que sea alimenta de Cristo mantiene en sí la certeza de su vida no está en sus propios efectos sino solo en la presencia del Hijo de Dios.

   

MEDITAR y CREER

    El mismo creer es don y merecimiento   la presencia del Señor que nos sitúa en el ámbito del amor y de la verdad. Hallamos memoria de lo que precede, hallamos el lugar del evangelio donde había dicho: . No dijo: , sino . Esta violencia se hace al corazón, no a la carne. ¿De qué te admiras? Creer y vienes, ama y eres atraído. No penséis que se trata de uan violencia gruñona y despreciable: es dulce, suave; es la mima suavidad la que atrae. (san Agustín)

VIVIR la FE

    Necesitamos siempre la cercanía de Dios. Nos lo dice el salmo: Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Es algo así como ponernos en bandeja para que el regalo de la presencia de Dios sea para nosotros una fuente de amor y de esperamza. La vida nos tapa muchas veces la presencia de Dios y es necesario crear en nuestro interior la búsqueda del perdón, de la misericordia y de la paz. El Señor nos propone un estilo de vida desde la actitud de un querer caminar siendo discípulos suyos.

P. Imanol Larrínaga, OAR.