viernes, noviembre 17, 2017

BUSCANDO GARANTÍAS PARA LA DIGNIDAD HUMANA

        La noción de derechos humanos implica que hay una dignidad natural inherente al hombre, que se impone a todos, hasta tal punto que los hombres no pueden negarle la humanidad a ninguno de sus semejantes, ni privarle de ninguno de esos derechos.

        Conviene reflexionar acerca de esa singular dignidad. El hombre es irrepetible, es un fin en sí mismo y no un medio, y nunca puede considerarse un simple elemento de una especie. ¿Por qué el hombre es de una condición distinta a la de los animales? ¿Por qué tiene esos derechos inalienables? ¿Por qué no puede tener precio?

        Se han dado a esta pregunta muchas respuestas, que han ido saliendo a lo largo de estas páginas, pero pienso que el único fundamento inquebrantable de los derechos humanos está en el hecho de que Dios ha conferido al hombre esa dignidad.

        —Pero esa referencia a Dios supone creer en Dios, y no todos los hombres son creyentes.

        No pido a nadie que crea si no quiere o no puede creer. Simplemente doy una posible respuesta desde la fe. No es necesario creer, pero creer permite proteger mucho mejor el enunciado de estos derechos: el creyente, si es coherente con su fe, espera descubrir en todo ser humano a un semejante, o más bien a un hermano, precisamente por tener un padre común.

        Es una respuesta desde la fe que, por otra parte, y afortunadamente, está en las raíces de nuestra civilización y de cuanto concedemos a la dignidad de las personas. Echando una mirada a la historia, da la impresión de que muchos aspectos de la naturaleza humana estarían probablemente sumidos en la penumbra si la tradición cristiana no los hubiera proclamado.
Siempre habrá más respeto al hombre desde una concepción trascendente que cuando se ve la vida como un simple suceso en el tiempo que se disuelve un día con la muerte.

        Si el hombre no es más que un animal extraordinariamente desarrollado, ¿qué razón de peso habrá para no llegar a convertirlo un día en un animal de laboratorio? ¿Qué impedirá considerarlo como un conglomerado de moléculas, modificable al capricho de los manipuladores, que se creerán dueños de su futuro? Una referencia trascendente es decisiva para dotar al hombre de una verdadera inviolabilidad.
      Alfonso Aguilówww.interrogantes.net

0 comentarios:

Related Posts with Thumbnails

Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP