jueves, junio 08, 2017

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

Ahora te invito a meditar parte por parte, durante varios días, algunos trozos de la hermosa secuencia de Pentecostés, que comienza diciendo: "Ven Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz". Cuando le pedimos que envíe su luz desde el cielo, esto no significa que él esté allá arriba, lejos de nosotros que estamos aquí abajo.

Siempre imaginamos al Espíritu Santo llegando desde arriba, y levantamos nuestras manos a lo alto para invocarlo. Pero en realidad él ya está en nosotros, más cerca que nadie. Lo que hace falta es que nos transforme con esa presencia.

Sin embargo, nosotros miramos hacia el cielo, como si fuera a descender desde allí. Eso en realidad es un símbolo que nos recuerda que él nos supera, que está por encima de todo, que es Dios. Así como el cielo está por encima de nosotros y no podemos abarcarlo, eso vale con más razón para el Espíritu Santo, que es Dios. Nosotros no podemos pretender que ya lo conocemos, que lo podemos dominar, que lo podemos apresar y tenerlo bajo nuestro dominio. Aunque él habita en nosotros, al mismo tiempo nos supera, nos trasciende infinitamente. Si no podemos abarcar el cielo infinito, menos podremos abarcarlo a él. Por eso miramos hacia lo alto invocándolo, y por eso le pedimos que envíe desde el cielo un rayo de su luz.

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Los Cinco Minutos de San Agustín

A la luz del ejemplo de la pasión de Cristo, está claro que los que más deben imitarlo son los pastores, porque muchas son las ovejas que lo han imitado, y los mismos pastores son también ovejas del único rebaño gobernado por el único Pastor. Él, sufriendo por todas sus ovejas, las hizo todas suyas, ya que él mismo se hizo también oveja para así poder padecer por todos.
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Los Padres de la Iglesia

No es feliz la abundancia de los ricos ni se debe aprobar la frugalidad si se sirven ellos solos de sus propias riquezas, si no ayudan con sus bienes a ningún pobre ni asisten a ningún enfermo; si de la gran abundancia de sus bienes no recibe el cautivo redención; el peregrino, refrigerio; el emigrante, auxilio. Semejantes ricos son más pobres que todos los indigentes. Pierden las ganancias eternas que podían alcanzar, y mientras guardan avariciosamente para un uso breve y no siempre libre, no se alimentan con ningún manjar de justicia ni con la suavidad de la misericordia.  San León Magno
P. José Luis Alonso. OAR

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La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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