DESPUÉS DE MI PASEO POR LOS PARQUES DEL MUNDO
Señor, Señor, cómo has cambiado.
Me dí una vueltecita por el mundoy todo sigue igual: maravillosa
la gente (la que no te manipula).
Señor, cómo has cambiado desde la última vez,
cómo mutas, transformas,
cuántos rostros deparas,
qué silencio distinto me ofreces, qué palabras
insólitas, qué de asuntos inventas.
Cómo has cambiado, Padre, qué diferencias noto
tras mi rodeo por el mundo. Aparte
de que las cosas cambien, no es nada comparable
a tus evoluciones.
Tus ciclos superiores, infinitesimales,
hacen pesado y tardo el rayo y el relámpago
y el devenir del péndulo que tanto necesita,
mientras tú, irrepetible, variado, evolucionas
tus sístoles y diástoles repentinos en Otro,
Otro, Otro a cada instante,
a la velocidad de cada "ahora".
Y "ahora" ya eres Otro y Otro y Otro.
Señor, a tus espejos múltiples yo me asomo para mirar.
Qué cambio, Señor, cómo has cambiado.
Te abandoné la tarde en que quise medir mis propios pulsos.
Te abandoné cuando pensé que tú me abandonabas,
cuando creí que eras un lento crepúsculo cansado.
Eres vertiginoso, voraz, veloz, terrible,
y cuando yo creía
desatada de Ti, que paseaba el mundo,
Tú seguías, bobina de mi ser, enredándome,
cambiándome en tus husos, envolviéndome en Tí
incandescente y rápida. Ahora veo que nada
nos separó, que no hubo paseo solitario,
que tu cambio es mi cambio.
Qué extraña estoy.
Qué nueva.
Pilar Paz Pasamar
(Jerez de la Frontera 1933).
0 comentarios:
Publicar un comentario