miércoles, abril 13, 2016

Jn 21, 1-19: Amemos también nosotros, y así amamos a Cristo

Ved que el Señor, apareciéndose a los discípulos por segunda vez después de la resurrección, somete al apóstol Pedro a un interrogatorio, y le obliga a confesarle su amor por triplicado a quien le negó otras tres veces. Cristo resucitó en la carne, y Pedro en el espíritu, pues como Cristo había muerto en su pasión, así Pedro en su negación. Cristo e1 Señor resucita de entre los muertos, y con su amor resucitó a Pedro. Averiguó el amor de quien lo confesaba, y le encomendó sus ovejas. ¿Qué daba Pedro a Cristo al amarlo? Si Cristo te ama, el provecho es para ti, no para Cristo; y, si amas tú a Cristo, el provecho es también para ti, no para Cristo.

No obstante, queriendo mostrar Cristo el Señor dónde han de mostrar los hombres que aman a Cristo, le encomendó sus ovejas. Esto lo dejó bastante claro: -¿Me amas? -Te amo.  -Apacienta mis ovejas. Y así una, dos y tres veces. Él no respondió sino que lo amaba; el Señor no le preguntaba por otra cosa sino por su amor; nada encomendó a quien le respondió sino sus ovejas. Amemos también nosotros, y así amamos a Cristo. Cristo, en efecto, Dios desde siempre, nació como hombre en el tiempo. Como hombre nacido de hombres, se apareció a los hombres; en cuanto Dios en el hombre, hizo frecuentes obras maravillosas. Como hombre sufrió muchos males de manos de los hombres; en cuanto Dios en el hombre, resucitó después de la muerte. Como hombre, vivió en la tierra durante cuarenta días con los hombres; en cuanto Dios en el hombre, subió a, los cielos en su presencia y está sentado a la derecha del Padre. Todo esto lo creemos, no lo vemos; y se nos ordena amar a Cristo el Señor, a quien no vemos; y todos proclamamos y decimos: «Yo amo a Cristo.» Si no amas al hermano, a quien ves, ¿cómo puedes amar a Dios, a quien no ves? Demuestra que tienes amor al pastor amando a las ovejas, pues también las ovejas son miembros del pastor. Para que las ovejas se convirtiesen en miembros suyos, él mismo se dignó hacerse oveja; para que las ovejas fuesen miembros suyos, fue conducido al sacrificio como una oveja; para que las ovejas se hiciesen miembros suyos, se dijo de él: He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Pero grande es la fortaleza de este cordero. ¿Quieres conocer cuánta fortaleza mostró tener? Fue crucificado el cordero y resultó vencido el león. Ved y considerad con cuánto poder rige el mundo Cristo el Señor, si con su muerte venció al diablo.
 Sermón 229 N, 1


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