domingo, febrero 15, 2015

VI Domingo del Tiempo Ordinario -B-

 1 Cor 10,31-11,1: Sea una alabanza continua a Dios

 El salmo es ciertamente un cántico, no de cualquier clase, sino acomodado al salterio. El salterio es cierto instrumento sonoro, como la lira, la cítara e instrumentos parecidos que se inventaron para acompañar al cántico. Quien salmea, no salmea solamente con la voz, sino que, tomando cierto instrumento músico llamado salterio, aplicando las manos a él, lo concuerda con la voz. ¿Quieres salmear? No cante tu voz únicamente las alabanzas de Dios, sino que tus obras concuerden con ella. Cuando cantas con la boca, callas algún tiempo; canta con la vida de modo que no calles nunca. Te entregas al negocio y piensas en el fraude; callaste la alabanza de Dios; y, lo que es mucho más grave, no sólo callaste la alabanza, sino que viniste a parar a las blasfemias. Cuando Dios es alabado por tu obra buena, alabas a Dios con tu obra, y, cuando Dios es ultrajado por tu obra mala, ultrajas a Dios con tu obra. Canta con la voz por lo que se refiere a los oídos, pero no calles con el corazón, no calles con la vida. ¿No piensas en fraude al negociar? Salmeas a Dios. Cuando comes y bebes, salmea; no confundas las dulzuras del sonido, apropiadas al oído, sino come y bebe con moderación, frugalidad y parcamente, porque el Apóstol dice así: Ya comáis, ya bebáis, ya hagáis otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios, (1Co 10,31). Luego, si obras bien y lo que comes y bebes lo tomas con miras al alivio del cuerpo y reparación de los miembros, dando gracias al que te proporcionó estos socorros suplementarios, tu comida y tu bebida alaban a Dios; pero, si sobrepasas por la inmoderación de la voracidad la medida que se debe a la naturaleza y bebes con exceso el vino, por muchas alabanzas que tu lengua tribute a Dios, le ultrajas con la vida. Después de la comida y la bebida reposas para dormir. No ejecutes nada torpe en el lecho; no te excedas más allá de lo concedido por la ley de Dios. Sea casto el hecho nupcial con la esposa; y, si procuras engendrar, no te entregues con desenfrenada lascivia a los placeres; trata con deferencia en el lecho a tu mujer, porque ambos sois miembros de Cristo.  (1Co 6,15), ambos creados por Él, ambos redimidos con su sangre; haciendo estas cosas, alabas a Dios
y de ningún modo callará la alabanza de Dios. ¿Qué acontecerá cuando llegue el sueño? Cuando duermes, no te despierte tu mala conciencia, y entonces la probidad de tu sueño alaba a Dios. Luego, si alabas, canta no sólo con la lengua, sino también tomando el salterio de las buenas obras: porque el salterio es bueno. Alabas cuando comercias, alabas cuando comes y bebes, alabas cuando descansas en el lecho, alabas cuando duermes. ¿Cuándo no alabas? Pero esta alabanza de Dios se perfeccionará en nosotros cuando lleguemos a aquella ciudad, cuando hayamos sido hechos iguales a los ángeles de Dios (Mt 22,30), cuando ninguna necesidad corporal nos atormente por parte alguna, cuando ni el hambre ni la sed nos turben, ni el calor nos fatigue, ni el frío nos entumezca, ni la fiebre nos haga guardar cama, ni la muerte acabe con nosotros. Nos ejercitemos para aquella perfectísima alabanza con esta alabanza de las buenas obras.
Comentario al salmo 146,2


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La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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