martes, noviembre 25, 2014

LECTIO DIVINA JESUCRISTO, REY del UNIVERSO

Lecturas

Ezequiel 34, 11-12. 15-17
    La imagen de los pastores como guías del pueblo es frecuente en el AT (cf. Jeremías 10, 21; 23, 1-4). Cuando los pastores no cumplen con sus obligaciones el Señor los sustituye (Isaías 40, 11) o encarga a otros pastores de tener cuidado de su rebaño.
    Ezequiel 34 está organizado en tres secciones. A la imagen (Ezequiel 34, 1- 10) sigue la explicación de la realidad significada (34, 11-16). El Señor expulsa a los pastores mercenarios que no se ocupaban del rebaño, para encargarse él mismo del cuidado de su grey. Una preocupación fundamental  del pastor es llevar sus ovejas al reposo (cf. v. 15 y Salmo 23; 74, 1-2).
    A partir del v. 15b y hasta el v. 22 la atención se concentra no ya en la acusación a los malos pastores por su comportamiento  con el rebaño sino en las diferencias entre “oveja y oveja”. Carneros y machos cabríos representan a los jefes del pueblo, que no contentos con aprovecharse del rebaño hacen difícil su vida pisoteando el pastizal y enturbiando el agua de la cual debían beber. Más tarde sale a relucir nuevo pastor que es un rey del linaje de David. La esperanza de un “nuevo David”, presente todavía en Ezequiel  a pesar del destierro, habrá desaparecido en el tiempo del Segundo Isaías (cf. Is 55).
1 Corintios 15, 20- 26a. 28
    Para entender bien este texto necesitamos dirigirnos al contenido de los vv. 12- 19, que se dedican a enfatizar la incongruencia que hay que negar la resurrección de los muertos  y al mismo tiempo afirmar la de Cristo (vv. 13- 16), lo cual tendría consecuencias funestas. Tanto el mensaje cristiano como la de los corintios se vaciarían, no tendrían contenido (v. 14); su fe sería vana, es decir, incapaz de lograr la salvación del pecado (v. 17). Por tanto los cristianos que han muerto estarían perdidos (v. 18), y los vivos, con la esperanza circunscrita a la vida presente, serían dignos de lástima (v. 19). En este vivo debate de los corintios, la transición al próximo  punto del argumento se da con un  enfático: “¡Pero no!”. De aquí en adelante se trabaja sobre la premisa de que Cristo sí ha resucitado. Su resurrección constituye un anticipo de la resurrección de los suyos, de la misma manera que la ofrenda de la “primicia” (v. 23) representa la cosecha toda, la cual se recoge a su debido tiempo.
    Después de los dos momentos de resurrección, la de Cristo y la de los suyos en su venida (v. 23), llegará el “fin”, tema del los vv. 24-28. En el v. 27 se aplica a Cristo lo que dice el salmo 8, 7 respe
cto al ser humano: “Dios ha sometido todas las cosas bajo sus pies”. Los v. 24 y 28 puntos complementarios en la estructura  concéntrica, emplean los términos “Padre” e “Hijo”, respectivamente, al definir  el acto culminante de la salvación: el Hijo entregará el reino al Padre  y se someterá él mismo, “para que Dios sea todo en todo”.
Mateo 25, 31 – 46
    La instrucción de Jesús es muy significativa ya que va revelando positivamente las implicaciones que tiene para la Iglesia la venida final del Hijo del Hombre. En el juicio hay un Rey y un Juez, que es el Hijo del hombre, y todas las naciones serán reunidas en su presencia para escuchar su sentencia irrevocable. El evangelista lo subraya expresamente  antes de empezar el relato de la pasión y de la resurrección: cuando Jesús terminó de decir todas estas palabras, dijo a sus discípulos: ya sabéis que dentro de dos días se celebrará la Pascua el Hijo del hombre será entregado para ser crucificado (26, 1). La solemne introducción que hoy leemos en el evangelio presenta al Hijo del hombre que asume su función de Juez universal.
    El doble diálogo que viene a continuación explica el porqué de la separación de las ovejas a la derecha y a la izquierda. El mundo es un campo es un campo donde crecen juntos el trigo y la cizaña; el bien y el mal, la generosidad y el egoísmo coexisten en la historia, pero al fin el mismo Cristo dará su justa recompensa a quienes lo hayan recibido o rechazado. La cuestión que se plantea en la escena del juicio es la siguiente: ¿en base a qué las naciones del mundo serán declaradas justas o condenadas? Por  las obras de misericordia hechas o negadas a los discípulos de Jesús, especialmente a los evangelizadores que han transmitido su lenguaje. Cristo los considera representantes suyos; por lo tanto, la razón de su criterio  es la identificación de Jesús con sus discípulos: “quien os recibo a vosotros, a mí me recibe...”.
    La manifestación final de Cristo lleva a su cumplimiento el designio salvífico del Padre. La gloria del Hijo del hombre se revela por última vez y concede la última bendición: “venid benditos de mi Padre...”.
Meditación
    Elegir un camino de vida es decidir con valentía vivir las etapas de la propia vida con fe y con plena conciencia de su principio y de su fin. Desde la fe, este sentido vital exige un acercamiento a la vida y al ejemplo de Cristo que señalan no solamente unos pasos de camino sino especialmente tener muy claras la referencia y la meta. Es necesario responder a la pregunta: ¿sigo el camino de Jesucristo?
    Es una elección que, dejando de lado lo exultante y lo alegre, lleva a la Vida, lo cual supone un verdadero camino que se recorre en la presencia luminosa y consoladora de Cristo. Él dice: “no os dejaré huérfanos” (Juan 14, 18). Y con  esta certeza nos ponemos en marcha, perlo sin dejar de lado cuáles son las dificultades: pereza, duda, miedo...Y el Señor nos dice: “vuelve a la vida, sígueme, que  Yo soy tu fuerza y tu luz”. Necesitamos siempre esta escucha para llevar en nosotros mismos la misma actitud del Maestro que nos recuerda: “os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de estos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo”. Los demás son presencia viva de Dios y merecen por nuestra parte no dejarlos lejos ni tampoco abandonarlos; tomar la actitud del pastor que sigue el “rastro de las ovejas y las libra, sacándolas de los lugares donde se desperdigan”, se convierte para nosotros en una luz que nos lleva a ser testigos del Señor.
    Queda por ver si queremos en verdad seguir el camino del Maestro y lanzarnos a una confesión de fe que se manifieste en una vida llena de  amor y de cercanía al prójimo y recordando en propia carne lo que Él ha hecho por nosotros.
Oración
    Señor: hoy te pedimos especialmente por nuestra liberación ya que en tantos momentos de nuestra vida perdemos de vista nuestra esclavitud. Seguimos mucho, casi sin caer en la cuenta, la llamada de los diosecillos e ídolos que nos hacen  estar fuera de ti y de nosotros mismos. Es lógico, y Tú lo sabes muy bien, que estamos sujetos a tantos encantos baratos que nos tapan la realidad y ni vemos entonces a los que sufren, a los que están solos, a los que lloran y a los que mueren...
    Una vez más, Señor, tu enseñanza nos despierta de un modo de vivir que tiene muy poco de ti y de tu mensaje de liberación. Gracias por guardarnos como tus ovejas, por enseñarnos con tu resurrección hacia dónde y cómo debe ser nuestro camino. Haz que no nos enredemos en las matas que luego nos dificultan tanto en seguirte y escuchar tu voz.
    Gracias porque siempre nos buscas, nos cuidas y nos “haces sestear” a tu vera. Gracias por tu constante mirada hacia nosotros para que no nos perdamos ni vayamos lejos de casa; gracias por tu constante atención y tu cercanía. Y, una  vez más, Señor, gracias por habernos escogido y llevado adelante contigo por el camino –que eres tú-  para que lleguemos sanos y salvos a tu Casa que es la nuestra.
Contemplación
    Escucha la Escritura, que te indica cómo prestar al Señor. Dice así: . El Señor no necesita de ti, pero tú tienes a otro que sí necesita: tú das a éste y recibe él. El pobre no tiene con qué devolverte; quiere hacerlo, pero carece de medios; solo le queda la buena voluntad de orar por ti. Mas cuando el pobre ora por ti, es como si dijera a Dios:. Por tanto, si el pobre no puede restituirte lo que le prestaste, tienes un fiador solvente. He aquí que Dios te dice en la Escritura: ¿Qué suelen decir los fiadores? ¿Qué dicen? . ¿Hemos de pensar que también Dios dice: Sí, en verdad, si Cristo es Dios –cosa que nadie duda-; Él dijo: . Y como le preguntasen: < ¿Cuándo te vimos hambriento?>, respondió: (san Agustín en comentario al salmo 36, 3, 6)

Acción. Meditemos el evangelio de hoy como si el Señor nos dijera a nosotros...
Mateo 25, 14 - 30
Esta parábola contrapone la conducta de los dos servidores buenos y prudentes al servidor malo y perezoso. Los dos primeros duplican el capital que su señor les había confiado; el tercero, por miedo a perderlo todo, entierra el dinero en un pozo. 

    Cuando llega el momento de la rendición de cuentas, los dos primeros reciben la recompensa: ven renovada la confianza  que se había depositada en ellos y son invitados a entrar en el “gozo de su señor”. No importa que uno haya ganado diez talentos y el otro cinco. La recompensa toma en consideración, más que los resultados conseguidos, el hecho de haber corrido un riesgo para obtener una ganancia. 

    El regreso del dueño representa la parusía de Cristo; el ajuste de cuentas es imagen del juicio final, como lo indica el castigo impuesto al servidor perezoso.

    La imagen tiene además una dimensión escatológica, ya que se propone un paradigma de vida cristiana para el período que va de la glorificación del Señor  hasta su parusía final. Los discípulos de Jesús tienen la obligación de hacer fructificar los bienes del Reino durante el tiempo que se les concede. Es para Mateo el “tiempo de la Iglesia”.

Meditación
    Jesús cuenta una parábola muy significativa sobre el tema de la fecundidad y de la esterilidad que abre las puertas a un amplio campo de una reflexión cristiana ya que nos interroga con fuerza sobre el camino de vida que es la fecundidad y el camino de la muerte que es la esterilidad, el hecho de enterrar nuestros dones o nuestra responsabilidad desde la fe. 

    Leyendo el evangelio  sabemos cómo se desarrolla y cómo reacciona el amo para felicitar a los trabajadores fieles y cómo es severo y riguroso para quien él cree que no ha respondido. Es muy llamativo el verbo “enterrar”, esconder el talento bajo tierra. Y ahí surge para nosotros una gran cuestión: a muchas personas, ¿también a nosotros?, les cuesta sacar a la luz los talentos recibidos. Todos los seres humanos, sea quien sea, reciben uno o varios talentos. Pero, muy a menudo, ese talento se desconoce, está enterrado, baldío...

    Conviene captar el sentido vital de la parábola de hoy y no dejarse impresionar por la  severidad con que es tratado el siervo improductivo. Este rigor sirve para hacernos tomar conciencia de lo que es camino de vida y lo que es camino de muerte. Es evidente que si tomamos conciencia de la esterilidad de nuestra vida y volvemos de todo corazón al Dios vivo, seremos inmediatamente perdonados y “habrá gran alegría en el cielo”. ¡Qué hermoso es dar un paso definitivo hacia una vida fecunda...!

Oración
    Señor: cada día nos demuestras tu amor infinito, su misericordia y tu perdón. Es como si Tú estuvieras esperándonos a que confiáramos totalmente en tu gracia y en tu perdón para que nuestra vida se llenara de esperanza y de ilusión. Gracias, Señor, porque nos has hecho “hijos de la luz y del día”.

    Pensamos y gozamos poco, Señor, de esta inmensa gracia que nos concedes y que, por otro lado, necesitamos tanto para dar a nuestra existencia un valor y una calidad que solo Tú puedes conceder. Es cierto, Señor, que nuestra existencia no la concebimos como una presencia tuya y, por ello mismo, nos sentimos huérfanos y carentes también de la alegría verdadera.

    Guíanos, Señor, por tu camino; enséñanos a encontrarte y escucharte para que cada día sintamos el impulso que tu presencia se hace llamada en nosotros para vivir y para amar y ser unos “empleados fieles cumplidores para que seamos invitados a tu banquete”. Porque Tú sabes, Señor, cómo nuestra soberbia y nuestra pereza nos hacen desvalorizar el don que Tú nos concedes y, por ello mismo, no damos el fruto recibido o nos adjudicamos como nuestro lo que es tuyo. Perdona nuestra falta de gratitud y de humildad y danos la gracia de poner en Ti toda nuestra esperanza.

Contemplación
    Pero si lo que te deleita es el actuar fuera, ten cuidado, no sea que te hinches en el exterior y no puedas regresar por la puerta estrecha, y no pueda tampoco Dios decirte: , sino más bien – dado que amaste lo exterior-, . Al mostrar que era n mal arrojarlo al exterior, mostró que era un bien el entrar dentro. 

    En efecto, ¿qué dijo al siervo bueno? ; al malo, en cambio: . No prefiramos, pues, lo exterior, sino lo interior; pongamos nuestro gozo en lo interior; a lo exterior ha de llevarnos la necesidad, no la propia voluntad. (san Agustín en el comentario al salmo 139, 15).

Acción. Ante el Señor, con humildad y con verdad, pongamos en evidencia los talentos recibidos y el uso que de ellos hacemos.
P. Imano Larrínaga
































0 comentarios:

Related Posts with Thumbnails

Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

  © Blogger templates The Professional Template by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP