sábado, mayo 14, 2011

Si hay ovejas buenas, hay también pastores buenos

Jn 10, 11-18

Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen (Jn 10, 27) Aquí encuentro a todos los buenos pastores en uno solo. No faltan los buenos pastores, pero se hallan en uno solo. Quienes están divididos son muchos. aquí se anuncia uno solo, porque se recomienda la unidad. Quizá digas que ahora no se habla de pastores, sino de un solo pastor, porque no encuentra el Señor a quien confiar sus ovejas. Entonces las confió porque encontró a Pedro. Al contrario, en el mismo Pedro nos recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles y sólo a uno se dice: “Apacienta mis ovejas”. ¡Lejos de nosotros decir que faltan ahora buenos pastores; lejos de nosotros el que falten, lejos de su misericordia el que no nos los produzca y establezca! En efecto, si hay buenas ovejas, hay también buenos pastores, pues de las buenas ovejas salen buenos pastores. Pero todos los buenos pastores están en uno, son una sola cosa. Apacientan ellos, es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no dicen que es su voz propia, sino que gozan de la voz del esposo.

Por tanto, es él mismo quien apacienta cuando ellos apacientan. Dice: Soy yo quien apacienta; pues en ellos se halla la voz de él, en ellos su caridad. Al mismo Pedro, a quien confiaba sus ovejas, como si fuera su 'otro yo', quería hacerle una sola cosa consigo, para de este modo confiarle las ovejas. Porque así él sería la cabeza y mantendría la figura del cuerpo, es decir, de la Iglesia; como esposo y esposa serían dos en una sola carne. Por lo tanto, al confiarle las ovejas, ¿qué le pregunta antes para no confiárselas a otro distinto de sí? “Pedro, ¿me amas?” Y “respondió: Te amo”. “De nuevo: ¿Me amas?” Y “respondió: Te amo”. Confirma la caridad para consolidar la unidad (Para Agustín la caridad y la unidad no pueden ir separadas. Más aún para él el signo más evidente de aquélla es ésta. Sólo por la caridad se logra la auténtica unidad. ¡Qué buena enseñanza para cuantos nos afanamos por lograr la unidad entre todos los cristianos!). Él mismo, siendo único, apacienta a éstos; y éstos apacientan en el único. No se habla de los pastores y se está hablando. Se glorían los pastores, pero “quien se gloríe, gloríese en el Señor”. Esto es lo que significa que Cristo apacienta: esto es apacentar con Cristo y no apacentarse a sí mismo fuera de Cristo.

No pensaba en la penuria de pastores, como si el profeta anunciase como venideros estos malos tiempos, cuando dijo: “Yo apacentaré a mis ovejas”, como diciendo: no tengo a quien confiarlas. En efecto, cuando vivía Pedro, y cuando se hallaban en esta carne y en esta vida los apóstoles mismos, entonces dice aquel pastor único, en quien son todos una sola cosa: “Tengo otras ovejas que no son de este redil; es preciso que yo las atraiga, para que haya un solo rebaño y un solo pastor” (Jo 10, 16). Estén todos en el único pastor, anuncien todos la única voz del pastor, en modo que la oigan las ovejas y sigan a su pastor, no a éste o al otro, sino al único. Anuncien todos en él una sola voz; no tengan diversas voces. “Os ruego, hermanos, que todos anunciéis lo mismo y no haya entre vosotros cismas” (1 Cor 10, 10). Oigan las ovejas esta voz liberada de todo cisma, expurgada de toda herejía, y sigan a su pastor que dice: “Las ovejas que son mías, oyen mi voz y me siguen”.

Sermón 46,30

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La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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