Nuestra Señora de la Consolación
HIMNO
Virgen en cuyo seno
halló la deidad digno reposo,
do fue el rigor en dulce amor trocado,
si blando al riguroso
volviste, bien podrás volver sereno
un corazón de nubes rodeado;
descubre el deseado
rostro, que admira el cielo, el suelo adora,
las nubes huirán, lucirá el día;
tu luz, alta Señora,
venza esta ciega y triste noche mía.
Virgen y Madre junto,
de tu Hacedor dichosa engendradora,
a cuyos pechos floreció la vida;
mira cómo empeora
y crece mi dolor más cada punto;
el odio cunde, la amistad se olvida;
si no es de ti valida
la justicia y verdad que tú engendraste,
¿adónde hallará seguro amparo?
Y pues, Madre eres, baste
para contigo el ver mi desamparo. Amén.
Fuente: Liturgia Agustiniana de las Horas
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