Cuarto Domingo de Adviento
La Iglesia recupera en el Adviento su misión de anuncio del Mesías a todas las gentes y la conciencia de ser "reserva de la esperanza" para toda la humanidad, con la afirmación que la salvación definitiva del mundo debe venir de Cristo.
La espiritualidad del Adviento, es una espiritualidad comprometida, un esfuerzo hecho por la comunidad para recuperar la conciencia de ser Iglesia para el mundo. Más aún, de ser Iglesia para Cristo. Esposa vigilante en la oración y exultante en la alabanza del Señor que viene.
Que el Señor, nos ayude a vivir, como miembros vivos y activos de la Iglesia, este precioso tiempo.
Las pajas del pesebre
Las pajas del pesebre,
niño de Belén,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lloráis entre las pajas
de frío que tenéis,
hermoso niño mío,
y de calor también.
Dormid, cordero santo,
mi vida, no lloréis,
que si os escucha el lobo,
vendrá por vos, mi bien.
Dormid entre las pajas,
que aunque frías las veis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Las que para abrigaros
tan blandas hoy se ven
serán mañana espinas
en corona cruel.
Mas no quiero deciros,
aunque vos lo sabéis,
palabras de pesar
en días de placer.
Que aunque tan grandes deudas
en paja cobréis,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Dejad el tierno llanto,
divino Emanüel,
que perlas entre pajas
se pierden sin por qué.
No piense vuestra madre
que ya Jerusalén
previene sus dolores,
y llore con Joseph.
Que aunque pajas no sean
corona para Rey,
hoy son flores y rosas,
mañana serán hiel.
Lope Félix de Vega y Carpio
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