jueves, mayo 03, 2018

SALUDO DEL PADRE ISMAEL OJEDA

Estimadas Madres Cristianas Santa Mónica de Perú:

Gracias por el interés sobre mi salud y recuperación posoperatoria en España, casi tres meses en total. Les quedo muy agradecido. Ahora, ya estoy en Lima. Llegué el pasado 27. Todo bien, gracias a Dios.

Ya hemos estrenado el mes de mayo, tan propicio para renovar nuestro amor a la Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra. En muchas partes se celebra el Día de la Madre por estas fechas.

Por eso, me uno con gusto al cariño y felicitación de sus maridos e hijos el domingo 13 de mayo. Les deseo muchas felicidades: Que sea una jornada inolvidable y puedan experimentar lo bueno y agradable que es vivir los hermanos unidos en familia y en comunión fraterna. Enhorabuena.

En esta oportunidad les copio un texto del Papa Francisco, tomado de su Exhortación Apostólica, "La alegría del amor". Ojalá puedan conseguir este documento y lo puedan reflexionar y orar en familia o en privado... Sería de gran provecho para todos, una bendición. Ánimo.

El debilitamiento de la presencia materna con sus cualidades femeninas es un riesgo grave para nuestra tierra. Valoro el feminismo cuando no pretende la uniformidad ni la negación de la maternidad. Porque la grandeza de la mujer implica todos los derechos que emanan de su inalienable dignidad humana, pero también de su genio femenino, indispensable para la sociedad. Sus capacidades específicamente femeninas —en particular la maternidad— le otorgan también deberes, porque su ser mujer implica también una misión peculiar en esta tierra, que la sociedad necesita proteger y preservar para bien de todos (n. 173).

De hecho, «las madres son el antídoto más fuerte ante la difusión del individualismo egoísta [...] Son ellas quienes testimonian la belleza de la vida». Sin duda, «una sociedad sin madres sería una sociedad inhumana, porque las madres saben testimoniar siempre, incluso en los peores momentos, la ternura, la entrega, la fuerza moral. Las madres transmiten a menudo también el sentido más profundo de la práctica religiosa: en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que aprende un niño[...] Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo. [...] Queridísimas mamás, gracias, gracias por lo que sois en la familia y por lo que dais a la Iglesia y al mundo» (n. 174).

Pues nada, adelante, queridas madres mónicas peruanas. No hay marcha atrás. Dios siga estando grande con ustedes como esposas y como madres. Un abrazo. Con estima personal,

P. Ismael Ojeda Lozano, oar

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Acerca de este blog

La Comunidad de Madres Mónicas es una Asociación Católica que llegó al Perú en 1997 gracias a que el P. Félix Alonso le propusiera al P. Ismael Ojeda que se formara la comunidad en nuestra Patria. Las madres asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos propios y ajenos.

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