Oración para servir
Mi vida, Señor, es mía, pero no para mí.
Ni mis talentos, muchos o pocos, donados por ti.
Ni mi tiempo, ni lo que tengo, y tampoco lo que soy.
Todo es don recibido, todo es para los demás.
Lo mismo que tú -¡ojalá!- estoy y vivo para servir,
y no para que me sirvan, ni me halaguen, o se fijen en mí.
Si me buscara a mí mismo, al margen de todo,
me encontraría vacío y nada sería,
como un saco roto, sin fondo, inservible y estéril,
deshecho del todo, parásito infecundo,
fachada que oculta abandono y desidia,
vida sin sentido y horizonte en la noche.
Pero quiero servir, salir de mí mismo, buscar al hermano, echar una mano, o las dos si fuera preciso,
acercarme al que sufre, a quien de mí necesite,
reír con quien ríe y llorar con quien llora,
apoyar a quien gime y se queja,
decirle una palabra de consuelo y esperanza,
ser el último en la mesa y el primero en servir,
dar de lo que tengo, aunque sin nada quedara,
que no existe el fondo perdido porque tú eres el fondo de todo,
que todo lo llena, presente en el hermano, y hermano de todos.
que sea blanco o negro, amarillo o azul, qué importa,
o rico sea en cosas y vacío quizás de sí mismo,
o pobre de bienes, y mendigo de amor y consuelo!
No importa, Señor, no importa.
Eres tú el rico-pobre, y el pobre sin nada.
Eres tú en la cárcel, en el tugurio, en el hambre
Y en el hogar sin pan ni esperanza.
Eres la Palabra que en ellos se hace carne.
Viniste a reinar y lo haces sirviendo.
viniste a servir y surgió un reino nuevo:
Un reino de justicia y amor entregado
de vida para todos y verdad sin engaños,
un reino de gracia y paz entre hermanos.
Contigo queremos servir, contigo queremos amar;
amar como tú, sentir como tú, y juntos poder reinar. Amén
Fr. Teodoro B.
0 comentarios:
Publicar un comentario